La cultura dominicana se basa, fundamentalmente, en la conformación de dos culturas madres: la española y la africana. Tiene poco de indígena o nada, puesto que en menos de 50 años los indios habitantes de la isla de Santo Domingo en 1492, fecha en que Don Cristobal Colón pisó estas tierras, fueron abolidos por los trabajos forzados.
La cultura dominicana existe. Y no porque sí. Existe por fuerza de una historia de 500 años formada en los sudores fulgurantes de los esclavos, la llegada del europeo a estas tierras y una mezcla inteligente del fajo de costumbres y culturas en convivencia durante cinco siglos.
El merengue dominicano es un cadencioso y alegre que ha logrado extender su brazo fuera de las fontreras nacionales y aposentarse en los salones de bailes de todo el mundo. Dentro de sus máximos exponentes contamos con las figuras de Joseito Mateoy Luis Alberti, o los contemporáneos Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Wilfrido Vargas, Fernando Villalona y Sergio Vargas, que han exportado nuestra música con gran éxito a playas extranjeras.
El carnaval dominicano es quizás una de las muestras más contundentes de la cultura dominicana, celebrado cada año en la confluencia de las fechas de celebraciones patrias, 27 de febrero y 16 de agosto.